Compuesta en su mayoría por agua (91%-95%), la sandía es ideal para mantener el cuerpo hidratado, especialmente durante el verano. El licopeno y la vitamina C protegen la piel contra los daños causados por los rayos UV, promoviendo una piel más tersa y saludable. Además, la vitamina A y la luteína contribuyen a mantener una visión óptima y a reducir el riesgo de cataratasEl alto contenido de agua y su moderada cantidad de fibra favorecen el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento. Gracias a su bajo contenido calórico y su capacidad para generar saciedad, la sandía es una aliada para quienes buscan controlar su peso. Consumir sandía diariamente ayuda a reducir el hambre por periodos prolongados, comparado con alimentos procesados bajos en calorías. La mejor forma de comer esta deliciosa fruta, es fresca, recién sacada de la nevera. Una rodaja de sandía te hidratará y refrescará en cualquier momento del día.